Para gustos los colores, sí, pero a todos nos gusta lo bueno. Cada marca, cada producto o cada servicio pide un diseño diferente, pero nuestros trabajos siempre tienen como denominador común la estética y la creatividad. Diseñar es una actividad abstracta que implica traducir lo invisible en visible: comunicar. Si un diseño es bonito pero no transmite el mensaje, la ecuación falla.
Pitágoras se equivocaba: el orden de factores sí altera el producto.