innovacion incremental vs innovacion disruptiva

Innovación disruptiva vs. innovación incremental. ¿Polos opuestos o complementarios?

«La innovación es lo que distingue a un líder de sus seguidores», Steve Jobs. En los últimos años la innovación está en boca de todos. Se ha convertido en un «lugar común» en el mundo de las empresas: todas quieren llevarla como bandera y, sin embargo, pocas tienen la innovación grabada en su ADN. Existen diferentes clasificaciones sobre los tipos de innovación, pero la más genérica y aceptada por todos es la que distingue la innovación incremental de la disruptiva.

A modo de síntesis podemos decir que la innovación incremental es aquella que introduce mejoras, cambios, en productos y servicios que ya existen en el mercado. Sin embargo, la innovación disruptiva es, como su propio nombre indica, radical: supone la creación de productos y servicios totalmente nuevos. La innovación disruptiva es catalizadora de nuevos mercados, transforma paradigmas, construye oportunidades y abre camino al futuro.

Con semejante descripción entenderás por qué el sueño de las empresas es posicionarse del lado de la innovación disruptiva. No obstante, ambos tipos de innovación pueden convivir y enriquecerse mutuamente. Lo importante es saber diferenciar cuándo el contexto de mercado pide un tipo de innovación u otra. Y eso es realmente difícil… Muchas empresas que en su día fueron líderes en sus mercados se quedaron en el camino por no entender que su supervivencia dependía de la introducción de una innovación radical. Por tanto, el mejor innovador no es solo el que sabe ‘crear’, sino aquel que sabe ‘escuchar’ y ‘observar’…

En este artículo descubrirás los rasgos más distintivos de la innovación incremental y la innovación disruptiva, y lo que es más importante: sabrás cómo y cuándo apostar por una u otra en tu empresa.

¿Qué es la innovación incremental?

La innovación incremental es la más frecuente de las dos. ¿Por qué? Está muy claro: si una empresa no innova y mejora su oferta, no podrá sobrevivir. En un mundo que evoluciona a una velocidad vertiginosa de la mano de la tecnología, las empresas viven en un estado de eterna competición, tanto por ganar como por no quedarse fuera de juego. Esa espiral influye directamente en los gustos y necesidades del público, que cambian a la misma velocidad. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina, el cambio en la oferta o en la demanda? Obviamente, la respuesta es complicada.

La mejor forma de aterrizar este concepto es con un ejemplo. En 2007, cuando Apple creó el primer iPhone y abrió paso a la «era del smartphone», introdujo una innovación radical. Sin embargo, desde entonces, «la manzanita» lanza un nuevo iPhone al mercado cada año, mejorando sus funcionalidades en cada versión. ¿De qué hablamos entonces?: de innovaciones incrementales. En la misma línea, cada nueva versión del Audi A3 es una innovación incremental de un modelo de coche que existe desde el año 1996.

⇨ En suma: la innovación incremental supone la introducción de mejoras graduales en productos y servicios ya existentes, en busca del aumento de la eficiencia de la empresa y la satisfacción de sus clientes.

que es la innovacion incremental

La innovación disruptiva y los «océanos azules»

La aparición de Uber y el aumento de su popularidad modificó sustancialmente los hábitos de movilidad de las personas en las grandes ciudades. Airbnb transformó nuestra forma de viajar. Netflix ha dado un giro de 180º a la forma en que las personas consumimos televisión, hasta el punto de que hoy día el concepto mismo de ‘televisión’ resulta obsoleto. ¿Qué tienen en común estas empresas? La innovación disruptiva. A veces, la «adopción» de estos nuevos productos y servicios toma un tiempo pero, una vez prende la llama, es muy difícil apagar el fuego.

Algunas empresas nacen de la mano de la innovación disruptiva, otras en cambio se reinventan a sí mismas con la creación de un nuevo producto o servicio. Vemos los dos ejemplos:

→ Uber se dio a conocer  con un servicio que aún no existía, para después evolucionar como empresa mediante innovaciones incrementales. Por ejemplo, introdujeron una funcionalidad en su aplicación que mejoró el sentimiento de seguridad de sus pasajeros al detectar que la inseguridad era una de sus mayores preocupaciones al viajar en el coche de un extraño. Durante el trayecto, el usuario tenía la posibilidad de informar en tiempo real a una persona de su confianza sobre su paradero exacto y notificarle que había llegado a su destino.

→ Netflix era en sus orígenes una empresa que ofrecía un servicio de alquiler de DVDs por correo postal. Sobra explicar lo que es hoy en día esta plataforma digital. Lo importante es entender que hay empresas que nacen fruto de una innovación disruptiva (sí, hablamos del caso de las startups) y otras, como es el caso de Netflix, que transforman su oferta para crear algo completamente nuevo.

Las innovaciones disruptivas revolucionan el mercado: crean nuevos perfiles de consumidores e incluso abren nuevas industrias. Del «ecosistema smpartphone» participan infinidad de empresas que proveen al usuario de todos los ‘gadgets’ posibles: fundas, cristales templados, auriculares inalámbricos…

Los creadores de innovaciones radicales tienen algo (o mucho) de visionarios. La certidumbre es un concepto que no tiene cabida en este contexto. Introducir una innovación radical supone para dar un salto de fé y asumir la incertidumbre como credo. Si en 1903 Henry Ford hubiera preguntado a sus potenciales clientes qué querían, le hubieran respondido: caballos más rápidos. Nunca habrían pedido un automóvil. Este ejemplo es un cliché, pero sigue siendo el mejor. Al lado de «la visión» de Henry Ford, hoy, el sueño del coche volador no es tanto un sueño como una profecía asegurada.

El innovador debe ser capaz de adelantarse a su tiempo, de tomar el pulso al mundo que le rodea y crear algo que el público (todavía) no quiere pero que transformará sus vidas para siempre. Las innovaciones disruptivas navegan en «océanos azules» en los que la competencia, al menos al principio, es irrelevante. Las empresas que surcan estos océanos no compiten por tener más «trozo del pastel» en el mercado, tienen su propia tarta. Otros llegaran después, pero serán discípulos. Si lo hacen bien y logran mantener su liderazgo (a través de innovaciones incrementales o con nuevas disrupciones) seguirán marcando las reglas del juego.

que es la innovacion disruptivaInnovación disruptiva e innovación incremental: Cuándo y cómo

Como te adelantábamos al principio, uno de los grandes retos de las empresas es saber detectar cuándo enfocarse en las innovaciones incrementales y cuándo en las disruptivas.

Kodak, Nokia, Blockbuster o Xerox, en su día líderes de sus mercados, fracasaron porque no supieron adaptarse a los abruptos cambios tecnológicos. ¿Cuál fue su error? Prestar demasiada atención a la búsqueda de la excelencia en el presente en lugar de poner el foco en cómo estaba evolucionando el mundo. Se centraron en el «plano-detalle» y se les escapó la «panorámica» completa. No se dieron cuenta de que sus clientes estaban evolucionando y sus innovaciones incrementales se habían quedado obsoletas.

El caso opuesto también entraña riesgos… Las compañías que focalizan el cien por cien de sus esfuerzos en la innovación disruptiva pueden perder su ventaja competitiva frente a empresas que, sencillamente, son más eficientes ofreciendo calidad a sus clientes en sus productos y servicios.

El éxito en la gestión de la innovación reside en saber tomar el pulso al mundo. La innovación incremental da buenos resultados siempre y cuando la estructura del mercado permanezca estable, pero puede fracasar estrepitosamente cuando una innovación disruptiva provoca un cambio de paradigma en la industria. ¿Cómo vivir con ello? ¿Cómo estar seguro de cuándo mejorar tu oferta y cuándo transformarla radicalmente? Investigando constantemente a los usuarios, las innovaciones de otros sectores diferentes al de tu empresa… Convirtiéndote, en definitiva, en un creador cuya lupa no apunta a su empresa, sino al mundo. La clave está en pasar del zoom in al zoom out. 

Conclusiones

Hoy, más que nunca, la innovación no es una opción, sino una realidad que debe estar presente en la cultura de cualquier empresa. No basta con hacerlo bien, hay que marcar la diferencia. Las empresas verdaderamente innovadoras no cuentan con un par de «visionarios» que les señalan el camino, sino que todos sus trabajadores están alineados en la cultura de la innovación.

Para gestionarla en el día a día, las empresas deben ser ágiles y operar con métodos de trabajo que les permitan garantizar su ventaja competitiva. Existen diferentes tipos de metodologías de Agile management: algunas encajan mejor con según qué empresas pero, como sucede con la innovación, pueden ser perfectamente compatibles entre sí.

Hoy es el mejor día para empezar a plantearse cambios. Como dijo una vez Albert Einstein: «Donde hay voluntad, hay un camino».

 

Lucía Salvador
luciasalvest@gmail.com

Copywriter, storyteller y practicante de la teología del marketing online. Soy una astronauta de la galaxia digital sin fecha de regreso.

2 Comentarios
  • Sara Maroto
    Geplaatst op 18:53h, 07 octubre Responder

    Muy acertado el enfoque. Para innovar en cualquiera de los dos enfoques requerimos empresarios visionarios .

    • Lucía Salvador
      Geplaatst op 16:03h, 13 noviembre Responder

      ¡Cuánta razón, Sara! La crisis sanitaria que estamos viviendo ha puesto de relieve cómo las empresas que saldrán fortalecidas son las innovadoras. Hay que ver una oportunidad en la adversidad y que esto sirva de acicate para que las empresas españolas apuesten por la innovación como se merece.

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